EL TEMPLO
Desde el siglo IV este lugar ha mantenido su carácter religioso, sucediéndose en el tiempo diversas edificaciones cristianas. Durante la dominación visigoda, entre los siglos V-VIII, hay conocimiento de la existencia de una pequeña capilla que albergaba los restos de los Santos Niños. Bajo la dominación árabe, entre los siglos VIII-XI, las reliquias de los Santos Niños son trasladadas por miedo a su profanación a un valle de Huesca y no regresarán a Alcalá hasta el siglo XVI. El culto, sin embargo, fue mantenido por los mozárabes durante la dominación musulmana, manteniéndose la memoria del lugar y la piedra del martirio.
En 1118 el Arzobispo de Toledo don Bernardo conquista definitivamente Alcalá, siéndole otorgada la villa y alfoz con carácter de donación real. En 1138 se menciona la “ecclesia sanctorum Yusti et Pastoris”. En el siglo XIII don Rodrigo Jiménez de Rada reedifica el templo de los Santos Niños, construyendo en su entorno las dependencias arzobispales, por lo que el templo es conocido como Capilla de los arzobispos de Toledo.
En el siglo XV el Arzobispo Carrillo decide la construcción de una Iglesia en este mismo lugar con dimensiones catedralicias, obra que será continuada por su sucesor el Cardenal Mendoza, perteneciente a una gran familia noble muy interesada por las nuevas corrientes renacentistas italianas. Se trata de una iglesia de organización medieval gótica posiblemente de ladrillo, con técnicas mudéjares, de la cual hoy no tenemos más que los documentos de pago a los alarifes por parte de los cardenales Carrillo y Mendoza.
Pero será con el Cardenal Cisneros con quien la ciudad de Alcalá conocerá su época de mayor esplendor. La fundación de la Universidad de Alcalá consolidará un segundo núcleo urbano situado al este de la Iglesia. La gran reforma que Cisneros acomete en la Iglesia de los Santos Niños se desarrolla en dos fases, de 1497 a 1500 y de 1501 a 1516, ambas dirigidas por los arquitectos Antón y Enrique Egas, acompañados por el alcalaíno Pedro Gumiel como maestro de obras. En estas obras se derriba, probablemente, la edificación anterior de la que se mantienen únicamente la capilla subterránea de los mártires y la capilla funeraria gótico-mudéjar del bachiller Pedro López o del “tránsito”.
Se construye un templo más amplio en el estilo conocido como “Cisneros”, con influencia mudéjar y motivos decorativos acordes con las nuevas tendencias renacentistas. Posee también elementos retardatarios del gótico, como puede observarse en la fachada hastial o de los pies de la Iglesia, que en este caso es la principal. La Iglesia es de una sola nave con girola en el presbiterio, con coro opuesto al altar mayor como es frecuente en las catedrales españolas, aunque parece ser que se pretendió que fuera elevado a los pies del templo, siguiendo el modelo reciente de los Reyes Católicos en San Juan de los Reyes de Toledo. El exterior presenta paramentos compartimentados por contrafuertes y dejar ver la influencia mudéjar en lo decorativo. En la zona sur de la Iglesia se construyen el claustro, la sala capitular y la sacristía. El interior del templo es ornamentado con importantes obras de los mejores artistas del momento. El Retablo Mayor -tristemente desaparecido- era obra de Felipe Bigarny, gran escultor perteneciente al grupo de artistas que trabajaron para los Reyes Católicos. Juan Francés realizó la rejería de la Iglesia de la que aún pueden verse hermosos ejemplares.
El Cardenal Cisneros consiguió para la Iglesia de los Santos Niños el título de “Magistral” en 1519. Como es bien sabido, esta dignidad sólo la disfrutan dos iglesias: la de San Pedro en Lovaina y la de Alcalá. En la actualidad el templo complutense comparte este título con el de “Catedral”, al ser la sede del Obispo diocesano.
En los siglos XVII-XX el templo no sufre transformaciones importantes. Pero sí lo son las intervenciones del arquitecto segoviano Cabello Lapiedra a comienzos del siglo XX (1902-1932): derriba las casas y las capillas anexas a la fachada norte del edificio así como las existentes en la girola, con el “fin” de unificar y dejar exentas las fachadas tanto interior como exteriormente. A comienzos de la Guerra Civil española el templo es incendiado sufriendo un terrible deterioro. Hasta el año 1947 no se inician los trabajos de reconstrucción -programa de Regiones Devastadas-, centrándose en las bóvedas, la girola y la torre.
En la actualidad, tras la restauración de la Diócesis de Alcalá en 1991, la Iglesia Magistral es también Catedral, siendo la única catedral gótica de la comunidad de Madrid.