CLAUSTRO – MUSEO
En el Claustro y el Tesoro-Museo se ubica la Exposición «500 años de la Magistral de Cisneros” que festeja los 500 años de la culminación de la «fábrica», es decir, de la construcción, del templo mandado erigir por el Cardenal Cisneros sobre el mismo lugar del martirio de los Santos Niños Justo y Pastor. Desde el siglo V se sucedieron en el llamado «Campo Laudable» edificaciones religiosas para permitir el culto y la custodia de los restos de los pequeños mártires. Sobre la base de la iglesia de Jiménez de Rada y la Colegiata de Alonso Carrillo, el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros mandó edificar el templo actual, para el que consiguió del Papa el título de «Magistral».
En el Claustro y el Tesoro-Museo se ubica la Exposición «500 años de la Magistral de Cisneros” que festeja los 500 años de la culminación de la «fábrica», es decir, de la construcción, del templo mandado erigir por el Cardenal Cisneros sobre el mismo lugar del martirio de los Santos Niños Justo y Pastor. Desde el siglo V se sucedieron en el llamado «Campo Laudable» edificaciones religiosas para permitir el culto y la custodia de los restos de los pequeños mártires. Sobre la base de la iglesia de Jiménez de Rada y la Colegiata de Alonso Carrillo, el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros mandó edificar el templo actual, para el que consiguió del Papa el título de «Magistral».
El acceso se realiza por la Capilla del Tránsito, donde cabe destacar la musealización y apertura al público de excavaciones realizadas en el subsuelo de la Catedral que permiten ver un fragmento de muro de época tardorromana (siglos IV-V) que constituye un importante vestigio del primer lugar de culto –martyrium– sobre los restos de Justo y Pastor. En la pared opuesta de esta misma sala el visitante podrá ver un breve vídeo en el que el propio Cardenal Cisneros recorre la historia del principal templo complutense.
La exposición proporciona abundantes imágenes del templo antes de las intervenciones del arquitecto Cabello-Lapiedra (1902-1931) y, sobre todo, antes del incendio y destrucción producidos en los primeros días de la Guerra Civil española. Se trata, por tanto, de enriquecer la «memoria gráfica» de la Catedral de Alcalá.
Ya en el claustro la muestra recoge información e imágenes del origen de la Catedral, narrando el martirio de los Santos Niños, ofreciendo información de la presencia cristiana en la ciudad hispano-romana de Complutum (situada tan sólo a unos kilómetros al oeste de la actual Catedral) y señalando los descubrimientos arqueológicos que documentan el culto visigótico y medieval a los mártires.
Una pantalla ofrece una recreación digital del coro y sillería originales del tiempo de Cisneros, irremediablemente perdido en 1936. Se trata de un espléndido trabajo que nos acerca a un elemento esencial del templo de principios del siglo XVI.
También podrá verse una hermosa reproducción en madera tallada y policromada –de tamaño natural– de la imagen gótica de Santa María de Jesús, originalmente ubicada en el Monasterio del mismo nombre, conocido posteriormente como Convento de San Diego, junto a la universidad cisneriana. La imagen, tras varios traslados, terminó sus días en el retablo de la Capilla de San Pedro, en la Catedral, donde pudo venerarse hasta su destrucción en el 36.
Además de abundantes fotografías de la arquitectura interior y exterior de la Magistral, procedentes de los archivos del Estado y de colecciones particulares, la exposición muestra algunos valiosos libros y documentos históricos que documentan la importancia de la Magistral y su vinculación con la Universidad.
Los visitantes también podrán admirar imágenes de los tapices, las vestiduras litúrgicas, los lienzos y los órganos tristemente desaparecidos en el incendio y saqueo de 1936.
Tras las impactantes fotografías del templo en ruinas, la exposición recoge las restauraciones realizadas en la segunda mitad del siglo XX, hasta llegar a su estado actual. Un vídeo final ofrece hermosas imágenes –a vista de dron– del interior y exterior de la Catedral, así como un fragmento de uno de los numerosos conciertos que periódicamente pueden escucharse en el templo catedralicio.
Concluida la visita al claustro, el visitante puede admirar la Sala del sepulcro del Arzobispo Carrillo y el Tesoro-Museo de la Catedral.