Hay muchas razones por las que merece la pena visitar el Museo Tesoro de la Catedral de Alcalá de Henares. Una de ellas es que sigue creciendo con la incorporación de nuevas piezas. La última ha sido una excelente talla de Cristo atado a la columna, procedente de la Italia meridional. El realismo de las heridas de la espalda, brazos y piernas de Jesús hace pensar en la conmoción que experimentó Santa Teresa de Avila ante una imagen semejante, cuya contemplación le llevó a comprender que para llegar a conocer algo del amor de Dios es necesario pasar por la humanidad de Cristo.
La talla ha sido colocada junto al Relicario de las Santas Espinas, que muestra dos espinas procedentes de la corona que en la Pasión colocaron a Jesús sus verdugos.
Una de las dos espinas fue donada al Cabildo de la Magistral por el arzobispo de Toledo García de Loaysa. La otra procede del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares, de donde pasó a la Magistral por orden de Carlos III tras la expulsión de los jesuitas. Había sido donada en 1572 por el padre Fernando Solier, Procurador General de la Compañía de Jesús, quien la recibió en Italia de un familiar del cardenal Alejandro Cribello.
Cada año la Catedral celebra una Misa de las Santas Espinas en la tarde del Martes Santo, siendo veneradas por los fieles.